Dentro de la piel de cada uno de nosotros está contenida una pequeña parte del universo.
Dentro de la piel de cada uno de nosotros está contenida una pequeña parte del universo.
B.F. Skinner
Dentro de la piel de cada uno de nosotros está contenida una pequeña parte del universo.
Dentro de la piel de cada uno de nosotros está contenida una pequeña parte del universo.
B.F. Skinner
· Psicóloga Sanitaria y Sexóloga Col. Nº AO-8596
· Máster en Análisis Funcional en Contextos Clínicos y de la Salud
· Máster en Intervención en Trastornos Psicológicos en Infancia y Adolescencia
He sido tutora externa de prácticum en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) , así como en IAVANTE, en los cursos de Salud Sexual para profesionales sanitarios organizados por la Junta de Andalucía. También he trabajado como colaboradora en el Centro de Psicología ALVA y con la Obra Social La Caixa en el programa “Atención Integral para mujeres y sus hijos en Violencia de Género”. Durante dos años fui Coordinadora de Voluntariado en el Servicio Técnico del Punto de Encuentro Familiar de Terrassa (Cruz Roja).
Tengo experiencia como psicóloga en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Almería, en el Programa de Acogida Inmediata de Menores del Centro Piedras Redondas (Almería), como entrenadora en el Método Glifing, y como psicóloga y sexóloga en Proyecto Nina, en el Centro de Especialidades Médicas Náyade de Terrassa y en el Hospital HLA Mediterráneo de Almería.
Pero sin duda alguna, la principal fuente de la que me nutro es el diálogo que se establece con todas y cada una de las personas que acuden a consulta, y que hacen de ésta un espacio de aprendizaje y crecimiento conjunto.
Desde siempre me he sentido muy conectada con el mar y no puedo imaginar la vida lejos de él. Su energía, fuerza poderosa, tiene la capacidad de traernos de vuelta a aquello que tienen que decirnos nuestros sentidos. Venimos del ruido ensordecedor de las pre(i)siones, las prisas, los juicios y prejuicios…y de repente el mar, y con él de nuevo a escucharnos, a lo que de verdad somos, a nuestra esencia, porque después de todo, la vida se originó en el mar.
El mar, además, con su comportamiento, nos brinda la oportunidad de adquirir numerosos aprendizajes. Así, por ejemplo, a menudo tomo prestada la preciosa metáfora de Sam Bleakley sobre el surf y la meditación:
«La ola se vuelve horizontal y rompe sobre el arrecife de coral poco profundo, una cortina de agua que cae. Me muevo rápido por su cara, inclinado, alerta. El tiempo parece ralentizarse y expandirse en el silencio sobrecogedor. Surfear en estos momentos despierta agudamente los sentidos y roza lo inefable.
El «tubo» es el destino último de todo surfista, mantenerse de pie en la tabla por detrás de la cortina de agua que cae, como tras una cascada, tratando de mantenerse en pie ante su colapso. El surf y la vida se pueden definir como lo bien que logres mantener el equilibrio mientras todo tu alrededor cae en cascada o, como dicen los surfistas, clocking up tube time (pasar la mayor cantidad de tiempo posible en la parte más crítica de la ola)».
El contexto terapéutico ofrece la oportunidad de identificar los recursos personales y ampliarlos, al mismo tiempo que detectamos las resistencias que pueden estar obstaculizando la visión clara de quienes somos y el camino que queremos tomar en la vida.
Estaré encantada de acompañarte en cualquiera de las diferentes formas que pueden adoptar el dolor y el sufrimiento: trastornos del estado de ánimo, ansiedad, estrés, fobias, trastornos de la conducta alimentaria, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del sueño, trastornos adaptativos, trastornos relacionados con sustancias, trastornos psicóticos, trastornos de la personalidad.
De la misma manera que en el plano individual, desde la sexología facilitamos y estimulamos el diálogo fluido en la pareja, que en ocasiones se interrumpe o no llega a producirse. Buscamos generar una comunicación asertiva y empática para poder llegar a los factores implicados en cada dificultad, a la vez que ponemos en valor los puntos fuertes de la pareja Igualmente importante es atender a la relación que establecemos con nuestro propio cuerpo y la vivencia de la sexualidad, con independencia de si tenemos pareja o parejas sexuales, o no Las dificultades sexuales que con mayor frecuencia tratamos en consulta son: el deseo inhibido, disfunción eréctil, trastorno de la excitación sexual, anorgasmia y trastornos orgásmicos, eyaculación precoz, dispareunia, vaginismo, celos, problemas de pareja, trastorno por aversión al sexo y trastorno de la identidad sexual.
Mi filosofía a la hora de abordar las dificultades sigue la tendencia de la última ola de terapias y formas de hacer en psicología. Dentro de ellas se encuadran la Terapia de Aceptación y Compromiso, la Terapia dialéctico-conductual, la Terapia Cognitiva con base en Mindfulness, la Psicoterapia Analítico Funcional, entre otras. Todas comparten una visión contextual y funcional de las dificultades que llegan a consulta. Esto supone que no se entienden los problemas psicológicos como un conjunto de trastornos y síntomas que eliminar, si no como conductas en interacción con las características e historia personales y las circunstancias actuales. En lugar de tratar de eliminar los síntomas, se analiza la función que tienen en la vida de la persona.
Este análisis, junto con la clarificación de los valores de la persona, orienta el trabajo a realizar, que pasa en todos los casos por la aceptación de los síntomas y la activación en dirección a esos valores. Para este enfoque, el contexto de la relación terapéutica se vive como una oportunidad para dejar aflorar las conductas indeseadas y así poder desarrollar in situ nuevos aprendizajes.
Una atención cálida y cercana que proporcione sostén y validación emocional es básica para crear el espacio seguro de la alianza terapéutica.
O el arte de saber escuchar para poder realizar las preguntas adecuadas. El especialista en ti eres tú mismo, de ahí la importancia de promover ese diálogo íntimo que establecemos con nosotros mismos.
A la hora de adaptar a cada individuo las propuestas desde las diferentes terapias.
Partiendo de una formación en Terapias Contextuales o de tercera generación, sumado a la indagación y mejora constante a través tanto de supervisiones clínicas, como de cursos, revisión de publicaciones, etc.
No estando reñido con la seriedad con la que se recibe cada caso, el humor puede suponer una herramienta muy útil que nos proporciona la distancia terapéutica desde la que abordar las dificultades.